Si echamos la vista atrás y pensamos como era nuestra vida hace un año, nos daremos cuenta de que han cambiado muchas cosas. Así por ejemplo, las relaciones sociales de nuestros adolescentes y jóvenes se han visto afectadas de una forma extraordinaria. Si para los adultos está siendo difícil mantener la distancia social, para ellos todavía más. Podemos pensar que los jóvenes se relacionan de forma más cómoda a través de las redes sociales y, quizás en momentos determinados, sea así. Sin embargo, también necesitan tener contacto social no virtual. Para ellos en estos momentos está siendo complicado el contacto con sus amigos o buscar y mantener una relación de pareja.
Ligar forma parte de su día a día y esto ahora está muy dificultado por las restricciones sanitarias. Nos dicen constantemente que no podemos estar a menos de 2 metros de otra persona y probablemente el miedo al contagio sea el que haga mantener esa distancia.
Pongámonos en su situación. ¿Os imagináis lo que deben pensar?: ¿Cómo se puede tener una pareja y no estar cerca?, ¿O tener que estar alejado de tus mejores amigos, sin poderlos abrazar? Ese miedo al contagio hace que se retraigan y eso les puede generar malestar, ansiedad o incluso entrar en un estado depresivo.
Para ellos el contacto social es fundamental, sus amigos son lo más importante en esta etapa de la vida. Por tanto, les está siendo un cambio de vida importante al cual muchos no se acostumbran. Si tenéis en casa un hijo/a adolescente o joven, es importante estar alerta de la aparición de un posible estado depresivo. Sobre todo si presenta…
Si aparece alguno de estos síntomas deberías consultar con un profesional, sobretodo si se dan más de uno de los síntomas anteriores.
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