La salud mental de nuestros adolescentes
¿Nuestros niños y adolescentes son enfermos mentales?
Solo como suena da repelús… mirémoslo de otra manera:
¿Nuestros hijos tienen una enfermedad mental?
Esto es otra cosa, porque implica PROBLEMA y SOLUCIÓN.
El día 2 de marzo es el día de la enfermedad mental en adolescentes, y no sé qué me da más inquietud, el tema, o que ya tengamos un día fijado.
Pues voy a contestar a eso… lo que más me asusta son las dos. El día nos indica que tenemos que prestar más atención, ser más conscientes y sobre todo, que miremos a nuestro alrededor con los ojos de la mente abierta.
Todos apelan al encierro y aislamiento social de la época del COVID, por el aislamiento social. Pero sin menospreciar el impacto de esta experiencia, que es evidente, lo que realmente se ha visto, es un gran “abrir de ojos social”, un derrumbe del muro del tabú.
Esto implica que los problemas ya existían y se ha disparado en frecuencia, pero sobre todo, la conciencia de problema y no las expresiones como
“es la adolescencia” “es normal”, …
Hoy somos capaces de reconocer y escuchar que los niños y adolescentes tienen ansiedad, TDAH, depresión, …, y se tratan como cualquier otro problema de salud.
Pero en la adolescencia todo se complica mucho más y es más difícil conducir… el cerebro del adolescente es neurológicamente inmaduro y está en pleno cambio cerebral, no deja de ser la segunda y gran poda neuronal de nuestra vida.
Por fin se habla, se mide, y se hace saber que nuestras generaciones de adolescentes y adultos jóvenes, lo están pasando muy mal y que carecen de recursos para adaptarse y vivir. Tenemos que apoyarles, escucharles, y ayudarles si es necesario.
Si no estamos seguros de que necesiten ayuda de un psicólogo, es mejor contactar con uno y preguntar, antes que dudar y no actuar.
Cuando se analiza la salud mental de nuestros adolescentes hay opiniones diversas.
Hay quien dice y analiza las redes, y la conexión digital… y lo estudia.
Hay quien dice que es el tema de los estudios y la perspectiva negativa de futuro, y lo estudia. Igual que el bullying… y también lo estudia… y otras muchas teorías.
Y eso es lo que tienen que hacer todos, estudiar, pero sin olvidar luego, poner sus descubrimientos en común, porque al igual que las enfermedades mentales son complejas, las causas también lo son y por tanto las soluciones.
Pero dejadme que aporte mi granito de arena en mi experiencia profesional, y haga una breve reflexión…
Si la ansiedad es la expresión física del miedo,
¿A qué temen nuestros adolescentes?
Salvo excepciones, nuestros adolescentes están asustados por encajar en algún sitio, con tener un amigo que le haga sentir que tiene a alguien que le entiende y no estar solo. Temen a tomar mal las decisiones de futuro que les planteamos cuando para ellos es difícil pensar más allá del curso que están cursando, incluso a veces del propio trimestre.
Temen a su aspecto físico y a su sexualidad, al igual que a los sentimientos románticos. Esas primeras emociones que hasta ese momento eran desconocidas y que ahora les llegan una intensidad difícil de gestionar. Y da igual que sean correspondidos o no, las emociones son complejas y abrumadoras.
Así que amistad, amor, futuro y presente se unen en un cóctel que la sociedad actual no pone nada fácil. Lo único que tenemos es la comunicación y ese siempre ha sido la gran dificultad entre adultos y adolescentes.
Si la idea que nos transmiten la mayoría es que se sienten solos,
¿Dónde estamos los demás?
Esta pregunta empalma con la respuesta anterior. ¿La comunicación entre padres y adolescentes, y dónde estamos? a su lado pero a traspié. Dejad me explicarme.
Los niños pasan a prepúber muy rápido, y saltan a la adolescencia igual de rápido en muy pocos años. Todo es tan deprisa para los adultos que no nos da tiempo a adaptarnos. Pero tened en cuenta que para ellos es mucho tiempo y ellos si se adaptan y empiezan a reclamar que se les trate diferente. Y es justo en ese momento donde nos tenemos que parar, sentarse y escuchar. No les digáis que todavía no es mayor para xx cosas, porque seguro que es pequeño para hacerlo, pero no para sentirlo o pensarlo.
Dejad que ellos marquen los tiempos y no nosotros. Pero sobre todo no minimicemos sus experiencias. !!NOSOTROS PODEMOS!!
Si en todo este proceso le veis sufrir más de lo que creéis que debería o se encierra en sí mismo es un buen momento como otro para preguntar a un profesional y salir de dudas, solo será una consulta.
Nosotros tenemos un servicio gratuito para esas preguntas y debéis usarlo… pensad… ¿qué perdéis?
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